Silvia Federici, una sobresaliente historiadora italiana, es entrevistada por la Universidad Andina Simón Bolívar – Sede Ecuador. Aquí, nos presenta su libro “Calibán y La Bruja”. En esta entrevista, Silvia Federici nos permite ver cómo la actual división sexual del trabajo es una construcción humana (histórica), es decir, que no estuvo siempre presente en nuestras sociedades. Al concebir la división sexual del trabajo como una práctica social creada por nosotros, los seres humanos, nos es posible imaginar que como sociedades podemos construir otras formas de dividir este trabajo. La división sexual del trabajo, tal como la conocemos hoy, se refiere a la división del trabajo entre hombres y mujeres. Por un lado, a los hombres se les identifica como principales responsables del trabajo fuera del hogar y remunerado (responsables trabajo productivo). Por otro lado, a las mujeres se les identifica como principales responsables de las actividades que permiten la reproducción de la sociedad (trabajo reproductivo), incluyendo los quehaceres domésticos como cocinar, limpiar, ordenar, así como el cuidado infantil, de ancianos, de personas enfermas, entre otros similares. Hoy en día en Perú, las mujeres realizan el 75% del trabajo reproductivo (Fuente: Encuesta Nacional de Uso del Tiempo ENUT, 2010)